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La crisis económica hace crujir al sector del marisquero arousano

La crisis económica hace crujir al sector del marisquero arousano

La misma crisis económica que en tierra está haciendo crujir empresas de todo tipo, está dejándose sentir con fuerza en el sector del marisqueo. Los precios de los bivalvos llevan meses en caída libre, sin que nada parezca capaz de mantenerlos a flote. Ya había pasado antes. A principios de los noventa, cuando la economía sufrió otro severo frenazo, los precios reales de primera venta de productos marisqueros cayeron un 17%, según refleja un estudio realizado por el biólogo Alberto de Coo. En aquel momento, «como reacción, o sector incrementou de forma ostensible a súa producción». Sin embargo, esa forma de afrontar la crisis parece quedar descartada en el escenario de recesión económica en el que ahora nos movemos. La razón es que «durante o mes de setembro e outubro se están acumulando os datos que avanzan un cambio de ciclo produtivo e unha reducción dos stocks nas zonas que tiraron da producción nos anos 2007 e 2008».

El arranque de la campaña de libre marisqueo parece confirmar esa tendencia. Los precios han alcanzado mínimos que hacía tiempo no se recordaban, y las capturas no son tan abundantes como inicialmente se preveía. Si la cosa sigue así, el sector podría verse abocado a «afrontar a fase peor da crise económica no 2009 con dificultades produtivas e de prezos: un escenario moi desfavorable para o subsector», señala el mismo informe.

Cuando, en el tercer trimestre del 2007 se inició la desaceleración económica, «o primeiro efecto foi un descenso dos prezos reais dos produtos marisqueiros, fenómeno que se está a profundizar no momento actual. Á súa vez, a producción de mariscos bivalvos comerciais experimentou unha suba importante que se mantén durante o 2008». Pero no parece que se pueda sostener esa presión sobre los recursos: la variación intertrimestral de la producción habla de que «o impulso produtivo está a decaer nos últimos meses».

Con su capacidad de progreso productivo muy limitada, los mariscadores han de hacer frente a la crisis sin perder de vista otra de sus debilidades: su escaso poder comercializador. La existencia de un gran número de lonjas desperdigadas por toda la costa y la falta de un criterio unificado sobre los precios se traduce en una incapacidad casi total de los productores para incidir en el mercado.

Con todas las debilidades del marisqueo a la vista, parece evidente la urgencia de diseñar un paquete de medidas para amortiguar la que puede ser una dura caída y cimentar un desarrollo sostenible del sector.

Fuente: La Voz de Galicia

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