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AGRUPACIÓN PARQUISTAS DE CARRIL

Carril se pierde en su laberinto

Carril se pierde en su laberinto

La tensión crece a la sombra de Cortegada, alentada por el renacer del espíritu de Lazareto y la proximidad de las elecciones en el pósito

Para moverse por el mar de Carril hace falta un mapa. Una carta marina que marque filias y fobias, que apunte corrientes subterráneas entre mariscadores legales y furtivos, y que señale, también, las fallas que separan los intereses de todos los colectivos que confluyen en el entorno de Cortegada. Todas esas líneas de tensión, más o menos soterradas, salieron a la superficie el jueves. Un operativo contra el furtivismo desató la ira de parquistas que se sintieron agredidos, de furtivos que denunciaban el acoso al que son sometidos y de un grupo de mariscadoras legales que abanderan el espíritu de Lazareto, aquel colectivo que se creó hace años para reclamar más pérmex de marisqueo en Carril.

Nació Lazareto de un grupo de vecinos que decidió buscarse la vida en el mar, convencidos de que en él había sitio para muchos más mariscadores de los que estaban asociados a la cofradía. El colectivo se gestó cuando en la Xunta gobernaba el bipartito, y ganó su batalla tiempo después, cuando el responsable de Mar en el departamento autonómico era ya Juan Maneiro. Bibiana Vidal, una de las portavoces de Lazareto, recuerda que ella y sus compañeras entraron en la agrupación hace 14 meses. No han ganado mucho dinero, pero siguen pensando que es necesario abrir el mar a más gente. Por eso pelearon para ampliar de cinco a once los pérmex que se concederán este año. «Ojalá fueran más», señala.

 

Ayer, en A Fangueira

Bibiana fue una de las mariscadoras legales que ayer compartió horas de trabajo con al menos diez furtivos que emplearon la mañana en el banco de A Fangueira. «No me gusta la palabra ?furtivos?. Son personas que no tienen un permiso para faenar y que van a mariscar, pero a zonas en las que no molestan a nadie», dice. Salvador Ribadomar, autoproclamado portavoz de ese colectivo, recalcaba esa idea. «Técnicamente somos furtivos, pero é un furtivismo de subsistencia. O que non é normal é que haxa zonas nas que está morrendo o marisco porque ninguén o saca, mentres hai sesenta rapaces de Carril, con familia, que non teñen nin para comer, nin para comprarlle os Reis aos fillos».

Dice Ribadomar que los mariscadores ilegales están siendo acosados por los servicios de control. Y que el despliegue policial que los mantiene lejos del mar se ha desatado por culpa del presidente de la agrupación de parquistas y la directiva de la agrupación de marisqueo a flote. Unos personajes «aos que todo Carril coñece».

Ese es un argumento de ida y vuelta. Pilar Acosta, la presidenta de a flote, fue ayer contundente. «Yo lo que vigilo son las zonas que me dan de comer legalmente a mí y a todos los socios de mi agrupación», indicó. Si los furtivos faenasen en zonas que no explota nadie, los observaría con la misma indulgencia que muchos otros en Carril. «Mientras trabajen en esos lugares no molestan ni andan a robar», murmuran muchas voces por lo bajo. Pero lo cierto es que, en el mar, los límites son difusos y «a veces sembramos zonas y a los dos días ya no queda nada porque fueron los furtivos a robarnos». Pone por ejemplo lo ocurrido en las islas con un grupo de ilegales que trabajaban con el sacho. «Los dejamos estar siempre que no permitiesen que fuese gente con ganchas, porque podían entrar en nuestra zona. Pero no hicieron caso». De todas formas, señala Pilar, «lo de la necesidad que pasa esa gente es muy relativo». Y ahora es ella la que recuerda que, «efectivamente, en Carril nos conocemos todos».

También José Luis Villanueva es consciente de que la localidad es un pañuelo. Y por eso, se siente capaz de distinguir entre dos tipos de furtivos: «Os que queren traballar legalmente, que teñen toda a nosa solidaridade» y aquellos otros, entre los que coloca a muchos de los manifestantes del jueves, que «son furtivos ocasionais, que tanto lles da ir a zonas que non traballa ninguén coma ir aos parques». En cualquier caso, unos y otros «están engordando á xente que realmente está sacando beneficio» del negocio del furtivismo.

Una solución que únicamente puede llegar desde la Consellería do Mar

Solucionar el conflicto que cada cierto tiempo sale a la superficie en Carril está en manos de la Consellería do Mar. Ese es uno de los pocos puntos en los que confluyen todas las partes implicadas en este asunto. Aunque, claro, con matices. Los furtivos, Lazareto, la agrupación de marisqueo a flote, los parquistas e incluso la dirección de la cofradía consideran que la solución podría pasar por habilitar más pérmex. Eso resolvería una parte del problema, aunque no todo porque «hay gente que ya tuvo ocasión de estar legal y no quiso».

La puesta en marcha de un plan experimental para sesenta personas en la zona de las islas es otra de las propuestas esgrimidas por furtivos y Lazareto, que ven en esa iniciativa el primer paso para la inclusión de más personal en la agrupación de marisqueo. La directiva de esta, sin embargo, no lo tiene nada claro. Y es que, recuerdan, los ingresos de las mariscadoras son mínimos. «Pois teñen máis dun millón de metros cadrados», replica Salvador Ribadomar. «En Cambados teñen moito menos terreo e son trescentas mulleres a traballar», sigue argumentando.

Fuente:La Voz de Galicia

 

 

 

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