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AGRUPACIÓN PARQUISTAS DE CARRIL

Identifican a tres furtivos tras una persecución en coche por Vilaxoán

Identifican a tres furtivos tras una persecución en coche por Vilaxoán

Gardacostas y el Seprona frustran un intento de desembarco en la zona sur de la ría de mariscadores ilegales procedentes de Barbanza

En la zona de Barbanza, los problemas con el furtivismo no son ninguna broma. Las cofradías de la orilla sur levan años haciendo votos para que ese conflicto no acabe cruzando la ría. Hasta ahora no lo había hecho: gardapescas, gardacostas, Seprona y Policía Autonómica consiguieron crear una suerte de cortafuegos. Este escudo protector fue puesto a prueba este fin de semana, cuando tres furtivos habituales en las playas de Barbanza lanzaron una avanzadilla hacia el Sur. Fracasaron.

Los servicios que se encargan de vigilar la costa llevaban tiempo esperando este intento de expansión de los mariscadores ilegales barbanzanos. El jueves por la noche, detectaron a tres de ellos rondando por Vilaxoán, por lo que se abrieron todos los ojos y se aguzaron todos los sentidos. El viernes volvieron a verlos: no bajaron a la playa, se limitaron a reconocer el terreno».

Almejas por la ventanilla

Pero el sábado, quizás convencidos de que ya lo sabían todo sobre Vilaxoán, los tres furtivos tuvieron la audacia de intentar dar su primer golpe. Con total desparpajo, a la una de la tarde dos de ellos bajaron a la playa de Canelas. El tercero se quedó vigilando. Alrededor de una hora más tarde, cuando salieron de la playa y se subieron al coche, se encontraron con que los Gardacostas le daban el alto. En lugar de detenerse, pisaron el acelerador dando pie a una persecución por el entorno de los jardines de Doña Concha. Mientras el coche avanzaba, los furtivos abrieron la ventana y comenzaron a tirar por ella parte del marisco que habían capturado en el arenal vilaxoanés.

No lograron deshacerse de todo el producto: cuando fueron finalmente interceptados en las inmediaciones de la plaza de Vilaxoán, los Gardacostas encontraron en su poder 6,3 kilos de almeja japónica, según informó ayer la Consellería do Mar. Los tres ocupantes del vehículo fueron identificados, y las fuerzas del orden se incautaron de un vehículo, tres angazos, un cubo, un par de botas, dos linternas y un dinamómetro.

Que la primera incursión en las autorizaciones de la orilla sur haya tenido tan mal final podría mantener lejos de las playas de este área a los furtivos que tradicionalmente operan en Barbanza. Hay playas del otro lado de la ría en las que los profesionales ilegales trabajan formando enormes grupos a los que no se sabía como plantar cara. El problema se concentraba inicialmente en Cabo de Cruz, pero la presión que sobre los mariscadores ilegales se comenzó a ejercer en esa zona los llevó a buscar nuevos horizontes en los municipios del entorno. Era cuestión de tiempo que ese movimiento migratorio acabase mirando al sur.

Fuente:La Voz de Galicia

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