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AGRUPACIÓN PARQUISTAS DE CARRIL

Las cofradías trazan su hoja de ruta

Los patrones mayores se reunieron anoche en Carril para atar los últimos flecos de la campaña de movilizaciones que arrancará el viernes en A Illa

Los patrones mayores de la ría de Arousa se reunieron anoche para atar los últimos flecos de la campaña de movilizaciones que arrancará este viernes por la tarde en A Illa. Hasta esta localidad se trasladarán mariscadores de toda la ría, a fin de exteriorizar su profundo malestar con la Administración por la gestión del libre marisqueo.

Su enfado lleva años gestándose, creciendo al compás de los precipitados cierres de la campaña y de los problemas con los que muchos se toparon a la hora de acceder al subsidio por cese de actividad provocado por la mortandad del marisco. La protesta que se alumbrará el viernes en A Illa llega después de que la Xunta reconociese a los patrones mayores que la situación sigue empeorando. Y que este año es posible que ni siqueira Os Lombos do Ulla puedan abrirse en octubre, tal es su estado.

El anuncio cayó mal, muy mal, entre los patrones mayores, incapaces de entender que la Administración plantease esa posibilidad sin esbozar, al menos, un plan B para las 1.500 embarcaciones que componen la flota del raño. Además, los portavoces del sector llevan meses masticando los continuos retrasos a los que se ha visto sometido el plan de regeneración de los tres grandes bancos comunes de la ría. Este ha sido presentado hace tan solo unas semanas, fuera de plazo para que su efectividad se vaya a notar este año. Y su dimensión es tan escasa, dicen los patrones, que tampoco ayudarán al mar a regenerarse para campañas futuras.

Así que los responsables de las cofradías han decidido canalizar la presión que sobre ellos ejercen sus socios y han planificado una serie de asambleas generales en toda la ría. Serán todos los viernes, en principio a las siete de la tarde, en A Illa, Rianxo, Cambados, A Pobra, Vilanova, Cabo de Cruz y Carril. A esas asambleas quieren acudir las cofradías con un discurso bien tramado, claro y con alternativas. Y para eso era, precisamente, la reunión que ayer se celebró en la cofradía carrilexa.

«Levábamos moito tempo advertindo que o sector non se ía quedar quieto diante da deixadez da Xunta», explicaba ayer el patrón mayor carrilexo, José Luis Villanueva. También el responsable de la cofradía de Cambados, Ruperto Costa, dice que a los mariscadores no se les ha dejado otra opción que «ir ás trincheiras» y movilizarse. «A xente leva varios anos pasándoo moi mal, e as perspectivas deste ano son as que son, as peores posibles», explica Ruperto Costa. Entre los mariscadores, dice, comienza a extenderse el miedo a que «isto se acabe».

 

La Xunta da por terminado el arado de O Bohído y aún no tiene fecha para la limpieza de Cabío

Seis días de trabajo. Esa ha sido la duración de la operación de arado a la que ha sido sometido el banco de libre marisqueo de O Bohído (O Bao). Así lo explicaban ayer desde la Consellería do Mar, entidad que ha organizado estos trabajos y que está pendiente, además, de poner en marcha un plan de limpieza de algas y depredadores en la zona de Cabío (A Pobra). Esa actuación, señalaban ayer desde la Xunta, está a la espera de «conversacións coas confrarías» para determinar cuántos barcos y de qué características participarán en esa faena.

Estas dos actuaciones forman parte del plan que la consellería puso sobre la mesa hace unas semanas y que debería conducir a la regeneración y la recuperación de los bancos de libre marisqueo de la ría de Arousa. Para la zona de Os Lombos no parece tener clara la Xunta la medida más adecuada. Y mientras las cofradías reclaman un gran dragado, la Administración esgrime unos informes técnicos según los cuales esa acción no sería adecuada. La consellería autorizaría, eso sí, un pequeño dragado en el río, en una zona que aún estaría por determinar.

Aquel plan de la Administración provocó un profundo enfado en las cofradías arousanas, que consideraron las medidas «escasas» y, sobre todo, «fóra do seu tempo».

 

 

Fuente:La Voz de Galicia


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