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AGRUPACIÓN PARQUISTAS DE CARRIL

El estado de Os Lombos amenaza de nuevo la campaña marisquera

El estado de Os Lombos amenaza de nuevo la campaña marisquera

En el río cundió ayer el desánimo y en O Bohído costó hacer los topes autorizados

Hubo un tiempo en el que la lonja de Carril se quedaba pequeña cuando abría la campaña de libre marisquero. Productores de toda la ría llegaban a este puerto, el más próximo a Os Lombos do Ulla, para vender el abundante berberecho capturado en el río. Ayer, a mediodía, un puñado de cajas daban testimonio de que la campaña había empezado. Y de que, un año más, la fecha no merece ninguna fiesta. «Os Lombos están para cerralos xa, non hai nada que facer», comentaba Óscar, uno de los rañeiros que se quedó trabajando en el río durante toda la mañana. Su empeño de poco le sirvió: no llegó a hacer los topes de marisco. Y menos, los de berberecho. «O que hai é moi pequeno», dice. Y el que se captura, da la talla por los pelos.

Sus impresiones se vieron confirmadas a la hora de la subasta. En Carril se vendieron 223 kilos de berberecho de Os Lombos, a un precio de 1,63 euros el kilo. «Era pequeño», explican desde la lonja. En el resto de las salas de subasta de la zona sur de Arousa los precios dejaron un sabor de boca agridulce a los mariscadores. «Se se comparan cos do ano pasado, están máis ou menos. Pero viñamos dunha etapa boa, de bos prezos, e agora chegamos a outra etapa de vacas fracas», sentenciaba el patrón mayor de A Illa. Si a ello se suma que Cabío parece esquilmado y que en O Bohído «hai menos marisco que outros anos», la campaña arranca envuelta en un tono gris, tirando a negro.

Barcos que desertaron del Ulla y engrosaron la numerosa flota que faenó en O Bao

Según los datos de despachos facilitados por la Consellería do Mar, ayer faenaron en Os Lombos do Ulla 66 barcos. Podían haber sido más, pero a primera hora de la mañana, después de haber echado el raño en la zona varias veces -todas ellas en vano- muchos barcos decidieron cambiar de rumbo y se dirigieron a O Bohído. Este banco, situado entre Cambados, Vilanova y A Illa, fue el año pasado el pilar sobre el que pudieron sostenerse cuatro meses de campaña de libre marisqueo. Cada día, más de 400 embarcaciones se daban cita en él. Ayer se volvió a superar esa cifra: hubo 427 lanchas faenando en esa zona de la ría hasta bien pasado el mediodía.

Y hoy se esperan otros tantos, y algunos más. Si ayer había «moitos barcos de Rianxo» en esa zona tan alejada de su puerto, hoy aún se aguarda la llegada de más emigrados del Ulla. Eso genera cierta inquietud en los patrones mayores. Para ellos, el inicio de la campaña ha sido «bastante malo», en palabras del isleño Juan Rial Millán, o directamente «gris», si nos fiamos del cambadés Ruperto Costa.

A fin de cuentas, O Bohído aguantó el año pasado, pero en esta ocasión presenta «menos marisco» y de menos calidad. Tampoco O Cabío, el banco común de A Pobra, parece estar en buena forma física. En él trabajaron ayer 97 embarcaciones cuyos tripulantes tuvieron, en general, problemas para hacer los topes. Tampoco el resto de zonas, por las que se desperdigó un centenar de embarcaciones más, depararon demasiadas alegrías a los mariscadores. Por la tarde, unos precios mediocres, no hicieron más que oscurecer el ambiente.

«A ameixa non é tan boa»

En el banco de O Bohído trabajaron ayer cientos de barcos. Incluso los mariscadores que manejan el raño con más brío y solvencia reconocieron haber tenido serios problemas para hacer los topes, y no todos los lograron. Alfonso y su compañero sí que consiguieron reunir el preciado marisco. Eso sí, les costó. Porque parece que en los fondos de O Bao «hai algo menos de ameixa, e non tan boa como a do ano pasado». No le sorprende la gran acumulación de barcos bajo el puente de A Illa, porque «no río as cousas non parecen estar aínda ben, dende que morreu todo o berberecho a xente, antes de ir para alá, tantea, proba».

«O berberecho é pequeno»


«Nos han vendido una moto buena». Gabriel Muñiz llegaba ayer a la lonja de Carril bien pasado el mediodía y sin haber logrado hacer ninguno de los topes marcados por la Xunta para la explotación de Os Lombos do Ulla. «Berberecho se ve, pero es pequeño, muy pequeño. Hombre, si no muere, llegará un día que se podrá sacar, pero no creo que vaya a ser para ahora. Y hay zonas en las que no aparece ni el primero», sentencia este mariscador. «El día ha sido horrible, pero de verdad. No creo que mañana vayan a quedar muchos barcos en el río porque no hay nada. Ya hubo quienes abandonaron hoy», razona.

Fuente:La Voz de Galicia

 

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