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AGRUPACIÓN PARQUISTAS DE CARRIL

Los parquistas buscan apoyos para frenar una regularización que «nos condena como sector»

Los parquistas buscan apoyos para frenar una regularización que «nos condena como sector»

La agrupación de parquistas que encabeza José Luis Villanueva ha convocado para esta tarde, a las cinco, una asamblea general del sector de los viveros de cultivo de almeja en Carril. La cita se abre «a todo aquel que teña parques» ya que el asunto a tratar es importante: la propuesta de la Xunta para zanjar el proceso de regularización de estas explotaciones. Tal y como está la propuesta, dice Villanueva, «nos condena como sector». Y por esa razón, «estamos dispostos a chegar onde faga falla, mesmo a Bruxelas, para defendernos. Non imos deixar que nos arrimen a un paredón».

Además de movilizar al sector directamente afectado, la agrupación y la cofradía de Carril han entablado contactos con distintas entidades, entre ellas el Concello de Vilagarcía, la Plataforma en defensa da ría de Arousa y la Federación de Confrarías, para recabar apoyos por si se diese la circunstancia de tener que librar una batalla con la Xunta. Aunque «mantemos aberta a porta á esperanza, porque iso é o último que imos perder, de retomar o diálogo coa Administración que nos debe defender», según explicó Villanueva.
De hecho, la principal reclamación de los parquistas pasa por la paralización de la propuesta de regularización de los viveros y la convocatoria de una comisión de trabajo en la que se de voz al sector. De esa manera, se obtendría un documento mucho más adecuado a la realidad de los viveros. Tras 25 años esperando su regularización, el mar carrilexo ha variado mucho, «houbo cambios de titularidade porque houbo parquistas que morreron e outros que non fixeron as cousas ben», y todas esas casuísticas deben ser tenidas en cuenta con conocimiento de causa.Precisamente, teniendo en cuenta lo largo del proceso, los parquistas no entienden la premura que la Xunta ha querido imprimir a estos últimos trámites, presentándolos en plena campaña de Navidad, «cando hai moitísimo traballo e ata moitos despachos de avogados están pechados». Así que, para ellos, todo esto es un «regalo envenenado» que escondería una auténtica bomba de relojería para los productores: dar a las concesiones una vigencia de diez años, prorrogables hasta 50. «Non nos dan menos porque non llo permite a lei», dice Villanueva. Explica que la gestión de un parque de cultivo exige inversiones muy importantes, y que tener que renovar la concesión cada diez años «non aporta garantías de continuidade» para un sector con quinientos años de historia y del que en la actualidad dependen más de seiscientas familias de la comarca.

Fuente: La Voz de Galicia

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