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AGRUPACIÓN PARQUISTAS DE CARRIL

Mar reta a los parquistas y advierte que perseguirá la almeja sin talla

Mar reta a los parquistas y advierte que perseguirá la almeja sin talla

Echando mano de los argumentos aportados por sus asesores jurídicos, los parquistas de Carril anunciaron el miércoles su intención de vender la almeja de sus viveros aunque no de la talla mínima exigida por la Xunta. Entienden que su solicitud ante el TSXG de que esa orden administrativa sea suspendida cautelarmente es suficiente para poder hacer oídos sordos a la misma. Ayer, Juan Maneiro, Secretario Xeral de Mar, echaba tierra sobre esa lectura. La orden firmada por la consellería solo puede dejarla temporalmente sin efecto un juez, cosa que no ha pasado. Según él, el planteamiento realizado por los parquistas «es absolutamente irregular». «La orden de tallas está en vigor. Sacar de Carril cualquier marisco de menor tamaño del establecido es ilegal, y va a ser perseguido por la Xunta», sentencia Maneiro.

Mar, de momento, permanecerá a la espera. «Se van a mantener los controles rutinarios que se realizan en lonjas y depuradoras», explica el secretario xeral. Y si se nota «un repunte en la venta de marisco que no de la talla», es probable que el cerco se estreche sobre Carril. Lo que está claro es que la Xunta estará alerta y «sancionará a quien esté en posesión» de un producto ilegal. «Quien lo compre, que asuma las consecuencias», señala Maneiro.

 

Sanción para quien lo compre

Y quienes compran son, básicamente, los depuradores, que constituyen el grueso de los clientes de los parquistas carrilexos. A este sector no le ha hecho ni pizca de gracia el anuncio realizado por la agrupación que preside José Luis Villanueva. «Nós estamos de acordo cos parquistas no sentido de que deberían ser tratados como acuicultores, e polo tanto que non teñen que estar suxeitos a tallas», explicaba ayer el presidente de Agade, Ramón Blanco. Dicho esto, señala que «as cousas están como están, os depuradores necesitamos seguridade xurídica e o que non podemos é quitarlles un problema a aos parquistas para quedárnolo nós, porque xa temos bastantes». Otros depuradores apuntan en la misma línea y señalan que, vista la guerra declarada entre agrupación y Xunta, la mejor opción pasará por extremar las precauciones cuando se compre en Carril.

En este puerto, mientras, José Luis Villanueva defiende la legalidad de que los parquistas vendan su producto sin atender a las tallas mínimas. «Nós non sabemos desas cousas, pero temos asesores xurídicos e recurrimos a eles», sentencia. Y si han enviado una carta a los depuradores exponiéndoles la cruda realidad de las tallas es, precisamente, «para que saiban que estamos amparados, que hai unha xurisprudencia que nos avala».

¿Pero puede la carta hecha pública jugar contra los intereses de los parquistas? Villanueva reconoce que la estrategia es arriesgada, pero incardina ese documento en un intento por llamar la atención de la Xunta y lograr abrir una vía de diálogo sobre el reglamento de tallas. Una norma que, sujetando a los parquistas a unos tamaños mínimos, «ataca á liña de flotación do sector» y «pon en perigo» su continuidad. «As leis hai que cumprilas sempre que sexan xustas razonables. A nós estánnos pedindo que non respiremos, e nin é xusto nin é razonable», apunta Villanueva.

 

85 % del negocio de la lonja

Su organización está dispuesta a sentarse a hablar de tallas con la Xunta. Juan Maneiro, por su parte, señala que es «muy complicado» modificar la orden que está en vigor. Aunque la petición de que se revise no llegue solo de los parquistas: también la cofradía de Carril quiere que se tengan en cuenta las peculiaridades de los viveros. No en vano, el producto que sale de estos supone el 85 % del negocio de la lonja carrilexa. Si los parquistas cumplen su promesa y venden el marisco por debajo de la talla, lo harán fuera de la rula, «y eso nos ocasionaría un problema serio».

El problema de la talla aún tiene un vector más a tener en cuenta: la amenaza que se cierne sobre la celebración de la Festa da Ameixa. Sobre este asunto sí se ha abierto una vía de comunicación entre Xunta y sector gracias al Concello. Al respecto de esta cuestión dice Maneiro: «Vamos a evaluar la situación y después veremos qué se puede hacer y si se pueden adoptar medidas extraordinarias». ¿Rebajar la talla del marisco que se sirva? La respuesta queda en el aire.

Fuente:La Voz de Galicia

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