Una mala canalización erosiona y desfigura la playa de A Concha

Las fuertes lluvias de los últimos días han dejado una cicatriz bien visible en la playa de A Concha, en Vilagarcía. En la zona del arenal más próxima al puerto, un aliviadero de la red municipal que no funcionaba como debiera se convirtió en un auténtico río que ha erosionado la playa y ha arrastrado además una importante carga de arena hacia el mar.

La nueva fisonomía del arenal no ha pasado desapercibida ni a las mariscadoras, ni a los parquistas. El día de Reyes, de hecho, unas y otros acudieron al lugar tras ser alertados de que por la playa bajaba un auténtico río que arrastraba de todo. «Saía de todo, si. Basura, compresas...», contaba ayer Milagros Touriño, la presidenta de las mariscadoras carrilexas. Ayer la corriente que cruzaba la playa, pese a ser copiosa, resultaba menos repugnante. Aún así, en la desembocadura había, a primera hora de la tarde, bolas de espuma que desprendían un olor pestilente.

Todo ello viene a demostrar, explica Miguel Ángel Rodríguez, presidente de la Asociación de Vecinos Santiago de Carril, que la canalización municipal que ha ocasionado este problema no solo conduce al mar aguas pluviales, sino todo tipo de desperdicios y residuos fecales. «Esto ha demostrado que, a pesar de que Marcelino Abuín aseguraba que ese problema estaba zanjado, en esta playa siguen saliendo aguas pluviales y lo que no son pluviales», señalaba el presidente de ese colectivo vecinal, que ha iniciado una cruzada contra los vertidos que se registran en toda la franja costera carrilexa. La misma sospecha la comparten parquistas y mariscadoras, dos sectores especialmente sensibles a todo aquello que degrade la playa de A Concha-Compostela, de cuya producción marisquera viven.

Las mariscadoras de Carril acudieron ayer al Concello de Vilagarcía para urgir que «arranxen esa desfeita». «Sabemos que caeu moita auga, pero se fixesen ben as cousas e o tubo que non funcionaba estivese arranxado, non habería tanto problema», argumentaba ayer la presidenta del colectivo, Milagros Touriño.

Pero los arreglos no se hicieron a tiempo, y el agua vertida por el inesperado río ha arrastrado grandes cantidades de arena que se ha depositado en una zona en la que la agrupación había sembrado toda la semilla de almeja babosa que habían podido comprar con una partida de 20.000 euros. «Con toda esa area enriba, o marisco vai afogar», anuncia Touriño. Y vaticina que este va a ser un mal año para el grupo de mujeres al que representa, toda vez que «outra parte da praia está pechada polo verquido de gasóleo que houbera aí atrás».

Pero las mariscadoras no son las únicas afectadas. También los parquistas de Carril están bajo la amenaza de este vertido y de todos los demás que se producen a lo largo de la costa vilagarciana. Y es que, muy cerca de donde desemboca la corriente generada por las fuertes lluvias de estos días se extienden sus parques de cultivo.

Fuente: La Voz de Galicia