Almejas

Las mentiras les pasa lo mismo que a las estupideces. Que si las repites mucho y consigues que otros también lo hagan pueden llegar a parecer verdades o grandes ideas. Pero no lo son. Siguen siendo trolas. Siguen siendo memeces. Decir que la playa de A Concha-Compostela de Vilagarcía está hecha un asco por culpa de las mariscadoras y de los parquistas de Carril es una mentira y es una estupidez. Reflexionemos. Vilagarcía tiene una playa de arena mala, pegada a un puerto industrial, con agua que tiende a estancarse y en la que se vierten con excesiva frecuencia fecales por las chapuzas de años y años en lo que al saneamiento se refiere. Es una playa chunga. Y la culpa no es de las mariscadoras ni de los parquistas. Si ellos no trabajaran allí, el agua y la arena seguirían siendo cutres. Sin embargo, en esa playa que vale poco para el turismo se dan las mejores almejas del mundo. Las de Carril. Que son famosas en todo el planeta. Cosa que, por cierto ni pasa ni jamás pasará con la playa en la que se crían estos bichitos que, por cierto, valen un ojo de la cara, atraen turistas de billetera amplia y dan de comer a muchas familias. El marisqueo es perfectamente compatible con el turismo. Lo vemos en A Illa, en O Grove y en cualquier lugar en los que hay playas de fina arena y mar bravío. A los guiris, hasta les gusta ver trabajar a los lugareños. La playa de Vilagarcía no es un vergel. No es buena. Pero sus almejas son la bomba. ¿Vamos a perder algo único para seguir teniendo algo mediocre? Espero que no.

Fuente: Xurxo Melchor-La Voz de Galicia