La riada arrasa con el 90% de la almeja babosa de Carril y deja afectada a la japónica
Las intensas lluvias registradas días atrás arrasaron con el 90% de la producción de almeja babosa de Carril y dejaron tocada la especie japónica. La caída brusca de la salinidad ya había comenzado a afectar al bivalvo a inicios de la semana pasada y la persistencia de las precipitaciones no han servido más que para dar el toque de gracia a un bivalvo que no lleva una buena racha.
El presidente de la Agrupación de Parquistas de Carril, José Luis Villanueva, califica ayer la situación de “dramática” tras confirmar que “o 90% por non dicir o 100% está morta”. Y es que a la espera de hacer un balance más ajustado, Villanueva asegura que los datos son poco esperanzadores. “É unha riada en toda regra. Os políticos obríganos a deixar que morra a ameixa antes de que que a puideramos extraer”, advierte.
En cuanto a la variedad japónica, más resistente a las inclemencias meteorológicas, los parquistas y mariscadoras de Carril aseguran que también está tocada y que, por lo tanto, en los próximos días se podría ya recoger muerta. De hecho, en los últimos días, coincidiendo con plenas fechas navideñas las mariscadoras retiraban por capachos la almeja muerta de Os Lombos do Ulla.
Ahora en las próximas semanas, los parquistas procederán al saneamiento de los viveros retirando las conchas y almeja muerta y limpiando bien la arena de posibles plagas que puedan afectar al que se pueda sembrar en un futuro. “E unha tarefa que hai que facer con moito mimo para evitar que logo outras ameixas se contaxien con algún parásito que poida deixar esta ameixa morta”, dijo Villanueva.
Y es que parece que los astros se han conjurado este año en contra del sector marisquero cebándose especialmente con el de Carril. Así, si hace unas semanas los depuradores se topaban con almeja babosa en la lonja carrileña por 0,50 euros el kilo, una cotización que no se recuerda en la historia de este bivalvo ante el estupor de los productores, ahora es la lluvia la que la ahoga, a su vez, la economía, ya maltrecha, de los mariscadores.
Una situación que para la Agrupación de Parquistas de Carril tiene un claro culpable en el caso de la caída de precios: La entrada de marisco foráneo sin control en el mercado y que ya vienen denunciando desde hace meses. “Agora os depuradores quéixanse de que os portugueses fanlle a competencia, pero eles antes utilizáronnos como fixeron cos italianos ata que estes decidiron montar as súas propias depuradoras”, indica Villanueva.
Sin embargo, para el presidente de la Agrupación de Parquistas es el momento de tomar medidas concretas que sirvan al menos para paliar esta situación como el cierre puntual de la lonja cuando los precios de la almeja caen como la semana pasada a medio euro o también la posibilidad de fijar unos precios mínimos de los que el bivalvo no pueda bajar. “É algo que haberá que falar co patrón maior e coa administración para alomenos frear estos casos que realmente só serven para desprestixiar a ameixa”, advierte.
La caída de precios es algo que se extiende al resto de la lonjas arousanas lo que ha provocado que se celebren mesas de negociación entre el sector depurador y productor con el objetivo de analizar la situación y buscar alternativas que sirvan para frenar esta tendencia. Durante las fiestas navideñas ya se ha acordado trabajar en función del pedido, aunque la mortandad ahora de Carril era algo que no se esperaba. “Era o único que faltaba. Os prezos xa non eran bos e agora a ameixa tampouco responde. A verdade é que este ano non está sendo bo”, advierte.
CONTROLES
Villanueva también critica con dureza los análisis que periodicamente realiza el Intecmar a las aguas de la ría para comprobar sus niveles, entre ellos, la salinidad. “Penso que non fan controles e se os fan non os fan públicos porque parece que están ao servizo unica e exclusivamente da Consellería máis que para o sector. Aínda estou esperando por coñecer cales son as medidas que se están a tomar tras a desaparición do berberecho”, dijo.
Fuente:Diario de Arousa.
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