Los rañeiros tendrán que llevar a bordo un botiquín con casi una treintena de productos sanitarios
Hay decisiones de la Administración que resultan difíciles de entender. La orden que obliga a las embarcaciones que faenan dentro de la ría a portar un botiquín tipo C es una de esas medidas que parecen atentar contra el sentido común. Así lo consideran, al menos, los numerosos rañeiros arousanos que presentaron alegaciones solicitando que sus barcos fuesen liberados de una medida que supondrá un desembolso que el propio sector calcula en alrededor de cien euros.
Pero aquellas alegaciones parecen no haber servido de nada. El ISM está contestando a todos los mariscadores que habían cursado aquel escrito con una carta en la que se les informa de que su petición ha sido desestimada y de que tendrán que incorporar cuanto antes el botiquín. De no ser así, sus barcos no podrán ser despachados.
Lino Díaz, directivo de la agrupación de mariscadores de Vilanova, explicaba ayer que esta noticia supondrá un nuevo varapalo para el sector al que representa. Y no solo por los cien euros que cuesta dotar el botiquín -una pieza que deberá ser renovada cada año-, sino por la sensación de indefensión y de ahogo en la que se encuentran los mariscadores. «No último ano impuxéronnos un seguro de responsabilidade civil, un plan de prevención de riscos, a taxa dos faros cando nós traballamos sempre en horario diúrno, a taxa de artes que é un duplicado do certificado de seguridade, e agora o tema este do botiquín».
Llevar ese paquete de medicamentos y material sanitario a bordo no tiene sentido, explica Díaz, en una flota que trabaja pegada a tierra y en la que los barcos raramente están solos. «Esperemos que diante desta situación o sangue novo que entrou nas confrarías reaccione e saian en defensa dos mariscadores. Que non fagan como os de antes», explica Díaz.
El botiquín tipo C, el que deben de llevar las embarcaciones de marisqueo, incluye casi una treintena de productos entre los que figuran aparatos de reanimación manual, apósitos adhesivos, cánulas de reanimación boca a boca, collares cervicales, compresas de gasa, esparadrapo, férulas de aluminio maleable para dedos, antebrazo y mano, férulas hinchables, gelatina hemostática, guantes estériles, jeringas, mantas termo aislantes... Unos productos que, en muchos casos, los tripulantes no sabrían manejar.
El ISM desestima las alegaciones presentadas por los mariscadores arousanos
Fuente:La Voz de Galicia
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