Once mariscadoras de Carril acudirán hoy a faenar a Malveiras en una colchoneta hinchable
As Malveiras vuelven a ser objeto de discusión. El sábado, las mariscadoras a pie de Carril decidieron, en una ajustada votación, solicitar la inclusión de esas islas en el plan de explotación del año que viene. Pero como para el 2015 aún falta tiempo, y como se sienten facultadas legalmente para hacerlo, once de las socias de la agrupación carrilexa han decidido acudir hoy a faenar a esa zona, aprovechando que estamos inmersos en la campaña de libre marisqueo.
Así que, a las ocho de la mañana, estas mujeres se pondrán en marcha para tomar As Malveiras. El camino será largo, ya que primero deberán cruzar hasta Cortegada, un tránsito que realizarán «a pé se fai falla». Después, cruzarán parte de la isla hasta alcanzar la zona más próxima a Malveiras. Allí, una a una, se subirán en un precario medio de transporte: una colchoneta hinchable forrada de poliéster, según explicaba una de las mujeres que participarán en esta expedición.
«Es un medio de transporte bananero, ya lo sabemos, pero es lo que tenemos», señalaba la portavoz de las mariscadoras. Explica que su decisión de ir a trabajar a As Malveiras no cuenta con el visto bueno ni de la Xunta, ni de la cofradía ni de la propia agrupación.
Por esa razón no confían demasiado en que el pósito acceda a permitirles usar una lancha de vigilancia para hacer el traslado. «Presentamos una solicitud hoy mismo [por ayer] porque entendemos que como socias que somos de la cofradía tenemos derecho a usar su material, sobre todo porque las lanchas de vigilancia suelen ir por esa zona y para el pósito no supondría ningún gasto, y que negarnos ese derecho sería un agravio comparativo».
Si el viaje de ida va a resultar rocambolesco, el de vuelta tres cuartos de lo mismo. «Dos o tres mujeres volverán a nado para traer con ellas el marisco», explicaba ayer la portavoz de este grupo de mariscadores.
Aseguran las integrantes de este grupo que realizar un hazaña tan estrambótica como la que tienen planeada no es de su agrado. «Pero está toda la playa cerrada, en lo que llevamos de año, si sumamos, habremos ganado unos 1.800 euros... No hay donde trabajar y no nos queda más alternativa que defender nuestro derecho a faenar en las Malveiras por mucho que haya a quien no le guste».
Fuente:La Voz de Galicia
0 comentarios