El Seprona asesta un duro golpe al furtivismo en Cabo de Cruz con 12 detenidos por pertenecer a grupos organizados y tentativa de secuestro

El fenómeno del furtivismo que desde hace tiempo se viene registrando en las concesiones de la Cofradía de Cabo de Cruz recibió ayer por la mañana un duro en su línea de flotación con la detención de una docena de personas, ocho de ellas en Boiro y cuatro en Noia. Una treintena de agentes de la sección del Seprona de la comandancia de la Guardia Civil de A Coruña, acompañados por efectivos de cuarteles de la Benemérita en la zona, procedieron a la detención de esos individuos y a la realización de cuatro registros domiciliarios, uno en la villa noiesa y los otros en la localidad crucense y en Escarabote, en presencia de las secretarias judiciales. Se trató de la segunda fase de la operación VIPE, que en su etapa inicial se cobró las detenciones del ex patrón mayor Carmelo Vidal, y la presidenta de la agrupación de mariscadoras a pie, Ermitas Pérez, así como la actual secretaria del pósito crucense y un asesor con oficina en A Pobra.
Aunque se mantiene el secreto de sumario en esta operación, este periódico pudo saber que entre las causas que motivaron los arrestos de esas personas figuran los de asociación ilícita y pertenencia a grupos organizados, así como tentativa de secuestro a un familia de un directivo del pósito, cohecho, daños, extorsión y coacciones, además de amenazas a personal y directivos de la Cofradía de Pescadores de Cabo de Cruz, a sus vigilantes y a mariscadores autorizados. Además, ha trascendido que algunos de ellos podrían formar parte de un colectivo que pretende reclamar a la Consellería do Mar que les conceda los pérmex para pasar a ser profesionales con todas las de la ley.
En los cuatro registros realizados en viviendas de algunos de los detenidos se encontró diverso material empleado para el marisqueo ilegal por el que fueron denunciados administrativamente en varias ocasiones, y armas contundentes, como palos y hachas con las que los investigadores sostienen que esos furtivos amenazaban a la gente.
Según algunas fuentes consultadas, varios detenidos se negaron a declarar, mientras que otros lo hicieron para negar las acusaciones que pesaban sobre ellos. Al cierre de esta edición ya fueran puestos en libertad dos de los arrestados, una de ellas una joven boirense que tiene un hijo a su cargo y necesitaba de sus atenciones. El resto está previsto que pasen hoy a disposición de la titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción Número 2 de Riveira que dirige la investigación de la operación VIPE.

Fuente:Diario de Arousa