Un sireno conmociona a Carril con paseos nocturnos por los parques de cultivo
El puerto de Carril se convirtió en la noche del lunes en escenario de un episodio particular, de esos que provocan que el ser humano vuelva a poner los pies en el suelo, mirando a sus semejantes, y deje de mirar al cielo. Fue un momento que encogió el corazón de muchos vecinos y que congregó en la zona a fuerzas de seguridad y servicios de emergencias. Su protagonista fue un hombre que paseaba por las aguas de los parques de cultivo sin hacer caso de aquellos que, por favor, le pedían que volviese a tierra firme.
El aviso partió de los residentes en la zona que contemplaban con incredulidad como un varón de mediana edad se había introducido en el agua, en la zona del muelle y se estaba subiendo a las embarcaciones allí atracadas. De vez en cuando cambiaba de una a otra, como si buscase el lugar más cómodo para contemplar la estampa nocturna de Cortegada.
La profundidad del auga no superaba los 30 centímetros pero el estado de exaltación en que se encontraba el hombre y el temor de que se hiciese daño tomó a los testigos que no dudaron en alertar a los servicios de emergencias cuando las agujas del reloj pasaban de las diez de la noche.
El muelle carrilexo ya parecía el palco de un teatro cuando llegaron agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil, así como de las policías nacional y local. Los efectivos se encontraron la estampa de un hombre sentado en un pequeño barco que de vez en cuando profería frases incongruentes para muchos.
Al principio ofreció cierta resistencia y no quería abandonar su “butaca”, sin embargo, un agente del Seprona se introdujo en el agua para explicarle que no podía estar allí y que debía acompañarles. Las palabras del guardia fueron suficientes y finalmente accedió a subirse a otra embarcación que lo trasladó hasta la rampa ubicada a unos metros de allí, donde le estaba esperando una ambulancia para atenderle.
Fuentes cercanas al caso indicaron que el hombre se encontraba bajo tratamiento psiquiátrico y que, según relató su propia hija a la Policía Nacional, es posible que ese día no hubiera tomado la dosis diaria que le corresponde. Para muchos ahí radicaría el motivo por el cual este hombre decidió sentarse en la húmeda cubierta de un barco mientras que, otros, más románticos, apuntan a un repunte de la rebeldía infantil que sólo vive en esos “locos bajitos” que son los niños.
Traslado al Hospital > El hombre ajeno al murmullo de los espectadores de su esperpéntica puesta en escena, fue conducido a la ambulancia. Su cara, con una mirada que oscilaba entre lo serio y ajeno, sólo se dirigía hacia el frente, hacia donde un agente le guiaba, hacia una ambulancia que lo trasladó al Hospital do Salnés, poniendo fin a una noche de paseo entre parques de cultivo con Cortegada y un gran número de ciudadanos como testigos.
Los corrillos de vecinos no se deshicieron inmediatamente y muchos carrilexos no abandonaron el lugar hasta que comentaron todos los detalles, tratando de arrancar información a los agentes que habían participado en lo que no muchos no tardaron en calificar como un rescate. O a los marineros que vieron al hombre entrar en las aguas. Incluso ayer, la actualidad diaria de la sociedad carrilexa seguía vibrando al ritmo de este suceso que, junto al vertido registrado el pasado domingo en la playa de A Compostela, calaron en la tranquila parroquia.
Fuente: Diario de Arousa
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