Almeja en 50 salsas alternativas
Absténganse los chistosos y amantes de triples significados. La Festa da Ameixa cumple hoy 19 ediciones y hace tiempo que es mayor de edad. Quien quiera hacerse el graciosillo refúgiese, haga el favor, en el diálogo que Tony Curtis y Laurence Olivier cruzaron sobre el gusto en cuanto a moluscos enEspartaco a las órdenes del mítico Kubrick. Todo lo demás es tontería. Dicho esto, cabe resaltar que el bivalvo de Carril es uno de los productos más apreciados del marisqueo en Galicia y que a la sombra de la lonja carrilexa se desarrolla hoy, a partir de mediodía, una degustación en la que se cocinarán 2.600 kilogramos del sabroso habitante de las arenas. Cantidad que, al menos sobre el tapete, se debería transformar en 7.000 raciones.
Claro que en Carril existe una fiesta A, la del domingo -en esta ocasión con Moncho Borrajo como pregonero, el director de la Autoridad Portuaria de A Coruña, Juan Diego Pérez, y la exministra Elena Espinosa en los papeles de cabaleiro e dona, respectivamente, de la muy honorable Orde da Ameixa-, y una fiesta B que se desarrolla sin ruido la tarde anterior, la del sábado. En ella, cierto número de cocineros pugnan por tres almejas de plata que, dotadas con 1.000, 500 y 250 euros, suscitan una generosa actividad en los fogones. Ayer, los cuatro integrantes del jurado probaron nada menos que 50 platos, entre lo creativo y lo contundente, entre el sushi o el brazo de gitano dulce, la zorza de almejas o el guiso en patatas rellenas. Lo mejor, tomen nota para el 2012, es que la cata se abre al público en cuanto los expertos menean el bigote.
serxio gonzález
Carlos y Miguel, que andan por los cuarenta y pico y defienden esta tarde sus propios platos, recuerdan a pie de concurso la forma en la que de chavales degustaban almejas y berberechos: «Cara abaixo, sobre unha laxe, por riba púñaslles agulla de pino e lume, aquilo ardía nun intre e abríanse de contado». Difícil imaginar mejor preparación que la fina cruda, tal vez con una gota de limón. Pero la receta por excelencia, la que hoy triunfará en Carril como cada año desde hace 19 ediciones de la fiesta, es la Ameixa á mariñeira.
Pese a su reputación presuntamente ancestral, resulta curioso comprobar que recetarios clásicos, como el de Picadillo o Emilia Pardo Bazán, no recojan esta fórmula, y sí lo hagan, bien andado ya el siglo XX, instituciones gastronómicas posteriores como Cunqueiro. Hay quien asegura que, como afirman los dos amigos sobre el terreno, la verdadera forma tradicional de consumirlas consiste en abrirlas sobre una superficie caliente antes de cualquier añadido. La calidad, como siempre, lo primero.
Ramona Mouta se llevó la Ameixa Grande de Prata y 1.000 euros con esta suerte de pizza en la que la almeja de Carril se combina con pulpo, salmón y bechamel.
Ameixa Mediana de Prata y 500 euros para la preparación de Digna Otero, unas tostas de cebolla confitada, rulo de queso de cabra y almejas de Carril en salsa.
Ameixa Pequena de Prata, dotada con 250 euros. La receta de Carmela Dacosta, a base de queso y sirope, mereció la tercera distinción del jurado carrilexo.
Buen intento, mucho mejor si se sirve caliente. Las filloas rodean una equilibrada mezcla de espinacas, requesón y almejas, con un toque de bechamel.
Receta refrescante como pocas. Aderezadas y servidas en el interior de un melón abierto, las almejas de Carril ofrecen un freno gastronómico al calor.
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