La policía persigue a un furtivo hasta Cortegada
Un presunto furtivo que en la mañana de ayer extraía marisco en Carril fue perseguido por la Policía Nacional hasta Cortegada, pero los agentes tuvieron que regresar sin poder identificarlo porque ya en la isla burló su vigilancia.
Era sobre la una de la tarde cuando Raúl, guardacostas de la Xunta, vio a un hombre faenando en la zona norte de Pedra do Pico, en Bamio. «Le avisé de que tenía que irse, que era día festivo y que no se podía coger marisco, pero no me hizo caso». El vigilante optó por esperar unos minutos más, pero el ver que el hombre hacía caso omiso a sus indicaciones, optó por llamar a la Guardia Civil. «No pudieron venir, porque estaban en los actos del Pilar, pero se avisó a la Policía Nacional y al momento estaba aquí una patrulla».
El vigilante y los agentes se fueron entonces al arenal en el que el desconocido faenaba, creyendo que huiría por la playa y que le darían alcance. Pero no fue así; el perseguido no lo dudó y, cargado con el capacho lleno de marisco y con el raño, caminó por el mar medio kilómetro en dirección a la isla de Cortegada. «Iba cargado, y el agua le llegaba al cuello, pero llegó», decía Raúl sorprendido de la osadía del furtivo.
Persecución en barco
Y como ya se sabe que a grandes males grandes remedios, los agentes -empeñados en que la presa no se les fuese de las manos- optaron por pedirle a un marinero que estaba en las inmediaciones que los llevara con su barca hasta la isla. Y así fue. Los policías desembarcaron en Cortegada y estuvieron como media hora rastreando la zona. Pero ni rastro del furtivo. Probablemente conociese la isla mejor que ellos y diese con un buen escondite.
Lo ocurrido preocupaba ayer al guardacostas, que sabiendo lo que está pasando en otras zonas en las que, acuciados por la crisis, los furtivos están actuando de forma cada vez más violenta, temía que esas malas artes se trasladasen a Carril. «Esta zona hasta ahora estaba muy controlada y no pasaba nada, pero no sé lo que ocurrirá a partir de ahora». Las mariscadoras, de momento, están tranquilas, porque su presidenta, Eva Gil, reconoce que al menos donde ellas trabajan, hay vigilancia.
«Na zona da Fangueira o problema do furtivismo é o pan noso de cada día»
José Luis Villanueva
Fuente: La Voz de Galicia
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