Los parquistas tachan las tallas mínimas de «ataque directo a nosa economía»
Solicitan una reunión urgente con Mar antes de que los ánimos se caldeen
Acompañado por una veintena de parquistas, José Luis Villanueva compareció ayer ante los medios de comunicación para pedir a la Xunta que «actúe responsablemente» y convoque una reunión en la que sector y Administración puedan negociar la retirada de la tabla de tallas mínimas que desde hace unos meses se aplican a los parquistas. El asunto resulta «urxentísimo» dado lo crispado que están los ánimos en esta localidad después de que, hace un par de semanas, agentes de la Xunta obligaran a devolver a los parques unos 800 kilos de almeja por no superar esta la talla mínima legal.
«Hai anos, a xente andaba escapando por Carril adiante co marisco que era noso» precisamente por el problema de las tallas. Un asunto que quedó superado cuando los parquistas pasaron a ser considerados acuicultores. «Pero agora, veñen estes iluminados e volven a xenerar un problema que xa non había», señalaba ayer José Luis Villanueva. Uno más para un sector tocado y casi hundido por las riadas y el descalabro generalizado de los precios del marisco.
«Espero que non volvan á lonxa para tallar a ameixa, porque a xente está moi nerviosa. Está desesperada, económicamente maltratada, e temos que comprar a semente e botala nuns parques que construimos nós. É nosa, non do mar», explica Villanueva para justificar por qué los parquistas no deberían estar sujetos a una norma de tallas contra la que ya han presentado un contencioso y una demanda. Estas reclamaciones se están tramitando en los juzgados, pero marchan «moito máis despacios que as hipotecas, os recibos e as facturas que hai que pagar».
Ahondando en los mismos argumentos que el presidente de la agrupación, varios parquistas tomaron la palabra y acusaron a la Xunta de lanzar un «ataque directo contra a nosa economía». Algunos de los productores, que también son bateeiros, criticaron amargamente el doble rasero que se aplica en uno y otro caso. «Eu vendín mexillón que daba 70 pezas o quilo... E iso que a mexilla se colle do medio natural», argumentaba. Sin embargo, la semilla de almeja «que teño que pagar non a podo quitar cando quero».
Fuente: La Voz de Galicia
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