La Festa da Ameixa de Carril se sitúa a un paso de desaparecer
Mar compromete 5.000 euros pero el sector dice que esa no es la solución
Aunque todo dependerá de la decisión que esta mañana adopten las directivas de la cofradía de Carril y de la asociación de parquistas, bastaba con ver las caras con las que Fernando Franco, patrón mayor, y José Luis Villanueva, presidente de los productores, abandonaban su reunión de ayer en Ravella para constatar que el futuro de la Festa da Ameixa se avecina muy negro. La Xunta, así lo aseguró el secretario xeral do Mar, está dispuesta a participar por primera vez en la financiación del evento. Pero de ninguna forma permitirá que se ponga a la venta almeja por debajo de la talla de comercialización que establece su orden del año pasado. El sector, por su parte, asegura que el problema es precisamente ese, el del tallaje del molusco, y que de poco servirá el anuncio de la subvención.
Este es el ambiente con el que concluía un encuentro que se prolongó a lo largo de dos horas en el recibidor de la alcaldía. El regidor conservador, Tomás Fole, defendió el papel mediador del Concello sin entrar ni salir del fondo de la controversia. «El mensaje que podemos transmitir es que ni en lonja ni fuera de la lonja se permitirá trabajar por debajo de la talle legalmente establecida», subrayaba Maneiro ante Fole, Franco, Villanueva y la presidenta de la agrupación de mariscadoras, Rosario Maneiro, que fue la primera en abandonar el cónclave. El portavoz de los parquistas, a su vez, argumentaba que «sería un auténtico engaño hacer una fiesta con una almeja que después no estará en el mercado».
El verdadero problema, y en ello Villanueva coincide con el patrón mayor, es que la búsqueda de las almejas de mayor tamaño a raíz de la orden autonómica promulgado en el 2012, dejará a la mitad del bivalvo que se encuentra en las zonas de cultivo fuera de la fiesta, con el riesgo de que no llegue a crecer lo suficiente para ser comercializado después de que el 80 % de la producción se perdiese por condiciones adversas como las riadas que han protagonizado el invierno y la primavera.
Inflexible en la cuestión de las tallas -«lo que no podemos hacer es vulnerar la ley», insistía una y otra vez Maneiro- la consellería aporta datos que indican que la comercialización de babosa, en el primer semestre del año, es incluso superior a la de ejercicios anteriores. Algo que Franco y Villanueva no discuten, reiterando que el origen del mal no es ese.
Sea como fuere, otro miembro del sector recuerda que la suma de las ayudas de Concello y Xunta (10.000 euros) ni siquiera alcanzan la subvención que Ravella aportaba en solitario antes del cambio de gobierno, 11.000 euros, a la fiesta gastronómica.
Fuente:La Voz de Galicia
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