Un operativo contra el furtivismo desata una gran bronca en Carril
Tres actas de denuncia y dos de incautación; veinte personas expulsadas del mar; 55 kilos de marisco de talla no reglamentaria requisados; dos raños, un saco, cuatro capachos y un rastrillo incautados, y una monumental bronca a las puertas de la lonja. Ese es el balance del operativo contra el furtivismo que se desarrolló ayer por la mañana en Carril, en el entorno de la isla de Cortegada.
Después de una noche agitada, en la que trece furtivos fueron descubiertos faenando en esa zona, agentes de Gardacostas y de la Policía Autonómica volvieron ayer a Carril. Comprobaron que un grupo de mariscadoras trabajaban con normalidad en el banco de A Fangueira, y descubrieron a unos veinte mariscadores ilegales faenando en las inmediaciones de la isla. Al intentar cercarlos, los agentes detuvieron e identificaron a varios parquistas, algunos de los cuales se sintieron violentados por la «actitude agresiva e violenta» con la que los agentes les dieron el alto. Así lo relata Rodrigo Dios, uno de los parquistas que quisieron trasladar su enfado tanto al patrón mayor como al presidente de la agrupación de parquistas. Y continuaba relatando que los agentes «casi matan alí a unha criatura que viña do viveiro. Leváronlle as ganchas mais o marisco». Se refería a Jorge, quien en A Rosa se vio despojado de varias herramientas de trabajo y de unas almejas, decía, «grandes coma puños». «Ao final púxenme un pouco agresivo, é certo, pero é que non tiña ningunha razón de ser o que me fixeron. Vin para gañar cincuenta euros e levo unha boa perda», explicaba. Su enfrentamiento con los agentes fue la chispa que hizo saltar todo lo demás. Los teléfonos móviles empezaron a funcionar y de la nada empezaron a llegar personas que, normalmente, faenan de forma irregular en el mar carrilexo.
Al grito de «¡a la lonja!», el grupo realizó el recorrido hasta el puerto de Carril. Allí, la concentración siguió creciendo y la tensión también. La llegada del patrón mayor, Fernando Franco, se produjo entre una oleada de gritos en los que se pedía su dimisión, abucheos y un surtido de insultos. El presidente del pósito, sin inmutarse, atendió a algunos de los manifestantes, a los que se habían sumado mariscadoras legales que tiempo atrás habían formado parte de Lazareto. También José Luis Villanueva, el presidente de la agrupación de parquistas, acudió a la lonja para conocer de primera mano qué era lo que había ocurrido. Antes de que se bajase del coche tuvo que escuchar gritos de «¡fóra de Carril!» e insultos de todo tipo, a los que se sumaron las patadas que algunos de los concentrados le propinaron a las puertas de su vehículo. No tardaron en aparecer en la lonja patrullas de la Policía Nacional y de la Local, que intentaron evitar que las palabras y los cara a cara fuesen a más. Lo lograron. A las dos de la tarde la marea se retiró.
Un conflicto que lleva meses enquistado y que «tiña que acabar reventando»
El que ayer estalló en Carril era un conflicto anunciado. Hace mucho tiempo que un grupo de vecinos de la localidad -unas sesenta personas- se han convertido en furtivos más o menos consentidos. «A xente está desesperada, ten que comer», se escuchaba ayer, una y otra vez, en la explanada de la lonja. «Ata o mes de xuño deixáronnos traballar, pero desde entón están enriba de nós como se foramos delincuentes», decían algunos de los concentrados. Se sienten acosados por los Gardacostas, quienes actúan, dicen estos mariscadores ilegales, por indicación «da presidenta do marisqueo a flote, de José Luis Villanueva e dun vixiante da confraría».
Los ilegales no están solos. Varias mariscadoras de la agrupación, las que hace unos años protagonizaron movilizaciones para conseguir un pérmex, les dan la razón. «Toda esta gente que veis por aquí son de Carril y de Vilaxoán», explicaba .... Esa gente está en paro, mientras la zona de «las islas está sin explotar. Los mariscadores de a flote niegan que se pueda trabajar ahí, pero lo cierto es que sí se puede, que hay marisco de sobra para sacar una rentabilidad». La rentabilidad suficiente, señalan, para sostener el trabajo de unas sesenta personas. «No hay derecho a que haya ese potencial y que, porque a los que mandan no le sale de las narices, la gente no esté trabajando», explicaba María Jesús, una de estas mariscadoras, quien informaba de que «estamos empezando a mover la petición de un plan de trabajo para ahí. Si lo aprobasen, mañana mismo se acababa con el problema».
Hoy, A Fangueira
Mientras se dan pasos para conseguir abrir la zona de la isla al trabajo de sesenta personas, la tensión acumulada durante meses parece seguir buscando un lugar por el que salir. Hoy mismo, ese lugar será A Fangueira. Y es que ayer, antes de abandonar la explanada de la lonja de Carril, los participantes en la concentración -de la que ya se habían apartado varios de los parquistas que formaban parte de ella al principio- se comprometieron a dar hoy mismo un golpe de efecto. «Mañá, ás oito e media da mañá, todos á Fangueira», fue el grito de guerra con el que se despidió la protesta. La guerra no ha hecho más que empezar.
Fuente:La Voz de Galicia
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