Las depuradoras siguen en el ojo del huracán por la compra de marisco a los furtivos.

Gardacostas prosigue sus investigaciones al tener indicios de que el molusco ilegal se camufla con el legal para luego venderlo todo junto

Las depuradoras siguen en el ojo del huracán por la compra de marisco a los furtivos. El cuento no resulta nuevo, ya que en los últimos años las actuaciones realizadas por Gardacostas y Policía Autonómica han sido numerosas. El problema, según explican los investigadores, es que las intervenciones no han servido de escarmiento para parte de este colectivo en el que hay empresarios que, según las mismas fuentes, siguen adquiriendo bivalvo de forma clandestina para luego mezclarlo con el legal. El objetivo final es venderlo todo junto dando la sensación de que la trazabilidad es legítima.

El trabajo de campo va más allá de la comarca de Barbanza y alcanza el lado sur de la ría, sobre todo Carril, que es donde hay parques de cultivo. Basta como ejemplo citar una de las últimas aprehensiones de almeja realizada por Gardacostas. Se trataba de un vecino de Cabo que fue sorprendido en la población vilagarciana con decenas de kilos de bivalvo que no tenían la documentación obligatoria y que se iban a vender en subasta como marisco salido de la ría con plenas garantías.

Es precisamente en los parques de cultivo de esta localidad donde, según las mismas fuentes, alguno empresarios presuntamente depositan marisco comprado a furtivos para dejarlo un tiempo hasta que crezca. Resulta obvio decir que los mariscadores ilegales no se paran a mirar si el producto que extraen cumple la talla. El problema es que los profesionales que teóricamente tenían que respetar la norma para velar por su negocio están adquiriendo el molusco igualmente a sabiendas de que podrá crecer en concesiones de la ría.

A pesar de los indicios, los investigadores, para poder llegar al final de sus pesquisas, no cuentan con todos los medios humanos necesarios.

 

Fuente: La Voz de Galicia