La flota se redujo un 36 % desde la apertura de la campaña del libre marisqueo
Si en octubre eran 674 los barcos que iniciaban la campaña, ayer fueron solo 426 los que acudieron a su cita con el raño y no apostaron por otras artes
Es tradición: con el cambio de año, parte de los barcos que habían despedido el 2016 en el marisqueo a flote dejan de lado el raño y se dedican a otras artes que les resultan más rentables. Este enero la ecuación no falla, y desde el pasado día 15 la migración de embarcaciones hacia otros sectores ha sido particularmente intensa. ¿La razón?. La precaria situación en la que se encuentran los bancos de libre marisqueo de la ría. Así que, si en octubre eran 674 los barcos que iniciaban la campaña, ayer fueron solo 426 los que acudieron a su cita con el raño. Un 36 % menos.
«É normal que en xaneiro haxa movemento de xente dunha arte a outra, pero este ano nótase máis», argumentaba el patrón mayor de la cofradía de A Illa, Juan Rial Millán. Sus palabras las suscribe su homónimo de Cambados, Ruperto Costa, quien señaló que «os mariñeiros intentan recolocarse. Non só marchan para outras artes, senón que desta vez hai máis xente que nunca indo á ameixa rubia», que se captura fuera de los grandes bancos de libre marisqueo. Y es que Os Lombos, O Bohído y Cabío están en situación de KO técnico.
«No río -relata Millán- hai moito recrutamento, pero o marisco que hai non da a talla comercial». En el banco que se extiende entre Vilanova y A Illa el sobreesfuerzo de los últimos años ha dejado el recurso al límite. Y otro tanto se puede decir de la amplia zona que se extiende ante A Pobra. «En realidade, os únicos puntos que están soportando esta campaña máis ou menos son as zonas pequenas; o resto están moi mal», razona el patrón isleño. De nuevo, sus palabras encuentran eco en el resto de los puertos desde los que opera la flota de libre marisqueo.
La situación no es fácil: llegar a marzo, mes en que se cierra la actividad, será complicado para los mariscadores arousanos. Pese a ello, cofradías como las de Cambados y A Illa consideran que es mejor afrontar el tiempo que queda que intentar un cese de actividad subvencionado que acabaría causando un auténtico barrizal en el sector.
De los 817 barcos que iniciaban la campaña en 2011, a los 674 de este
La crisis del libre marisqueo no es nueva. Se presentó en el año 2012, cuando la llegada de la «marteilia» arrasó los bancos de berberecho, y se ha extendido al verse la flota obligada a concentrarse en otros puntos de la ría, que se hallan ahora extenuados. Esa realidad se deja notar en los números. En el año 2011, antes del gran batacazo, iniciaron la campaña de libre marisqueo en Arousa un total de 817 embarcaciones. El pasado mes de octubre fueron 647 los barcos que bautizaron el raño. El número fue aún menor en el año 2015, cuando la campaña tuvo que desarrollarse con el banco de Os Lombos, el pulmón del marisqueo arousano, cerrado al trabajo dada su crítica situación productiva. Con el paso del tiempo, este escenario parece haberse vuelto permanente.
Las cofradías del sur reclaman más implicación en las tareas de vigilancia de estos bancos
La situación en el libre marisqueo es desastrosa, cierto. Pero aún podría empeorar. Las cofradías del sur de la ría consideran que es imprescindible y urgente que todos los pósitos se tomen en serio los trabajos de vigilancia de los bancos que comparte todo el sector arousano. «Se queremos que cando empece a campaña o ano que ven haxa algo de marisco, temos que tomarnos isto moi en serio», argumenta Juan Rial Millán. «É fundamental que se lle preste atención á vixilancia», remacha Ruperto Costa. Y no solo es necesario vigilar Os Lombos, O Bohído y Cabío, sino también el resto de zonas de trabajo conjunto, cada vez más importantes para las cuentas finales del año. «Se as confrarías que lindan con cada unha desas zonas non se encargan de controlalas, de evitar que os furtivos fagan das súas e mesmo que algúns mariñeiros se salten as normas, vai ser imposible que a situación mellore», explica el patrón mayor isleño.
Otras acciones
Claro que incrementar el control y la vigilancia no es la panacea, la solución a la precaria situación en la que se encuentra el recurso. Sería preciso acometer arados en varias zonas: desde una parte de O Bohído, Xidoiros, Cabío e incluso un área de Ribeira. También han reclamado los pósitos arousanos, y en más de una ocasión, que desde la Administración se estudie la viabilidad de proceder al dragado de una parte del río Ulla.
La Xunta, por su parte, desea que las cofradías asuman la gestión del libre marisqueo. Una posibilidad que, de momento, parece estar aún muy verde.
Fuente: La Voz de Galicia
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