La almeja lusa sigue llegando a Galicia por canales asentados desde hace años
Investigaciones policiales e incautaciones evidencian la existencia de este mercado ilegal. Los depuradores creen que el hecho de que Portugal aún use guías de papel favorece el fraude
Verano del 2012. La Policía Autonómica inspeccionó dos depuradoras en la ría de Arousa que revelaron la comisión de un fraude inesperado: varias partidas de almeja ya listas para la venta contaban con una documentación falsa que acreditaba un ficticio origen arousano. El bivalvo era portugués y dio pie a una segunda investigación que explotó en mayo del 2013. Se registraron por orden judicial doce depuradoras en las rías de Pontevedra y Arousa, y se decomisaron 1.000 kilos de almeja, buena parte de origen luso, que todo apunta a que acabarían en el mercado simulando ADN gallego. Los mismos agentes que participaron en este operativo colaboraron en el ejecutado entre el martes y ayer en las rías de Pontevedra y Arousa por los mismos motivos y en colaboración con la Policía Marítima lusa.
En esta investigación concreta, que sigue abierta, las fuentes consultadas piden tiempo para «no poner el carro delante de los bueyes». De lo que sí hablan claro es de cómo una parte del sector en Galicia no tiene reparos en usar los canales de compra y distribución asentados desde hace años para importar almeja lusa -alguna sin garantías sanitarias- para despacharla como gallega.
Los decomisos hechos en los últimos años ponen de manifiesto que el trasiego de almeja lusa que llega a Galicia no es residual: en el 2011 se decomisaron 1.700 kilos; en el 2012, la Policía Autonómica se incautó de 1.500 en dos operativos; en el ejercicio siguiente fueron 1.100. Ese mismo año, además, se registró una casa que tenía una depuradora clandestina que compraba almeja del país vecino y el alcance del fraude se cifró en varias toneladas. También en el 2013, y durante los registros citados, se requisó otra tonelada más de almeja.
Ya en el 2016 se interceptaron 443 kilos y el año pasado, en un solo operativo, fueron aprehendidos 3.860 kilos de almeja en una furgoneta con matrícula portuguesa que, además de no tener la documentación obligatoria, no alcanzaba la talla legal.
La presión de la Policía Autonómica llegó a ser tan elevada en la autopista que accede a Portugal desde Tui, que los agentes españoles no tardaron en detectar que los vehículos cargados de este marisco, que carece de cualquier garantía de salubridad, recurrían a carreteras secundarias (a través de Monçao, por ejemplo) para seguir lucrándose. Lo que estos individuos lusos no sabían es que, además de vigilar las carreteras de acceso a España, también se observaba de cerca a los receptores de la mercancía, ni que esos mismos distribuidores lusos eran luego seguidos de cerca, tras completar la transacción, por carretera hasta su lugar de origen en el país vecino.
Más allá de la parte policial que implica el seguimiento de esta actividad fraudulenta, en el propio sector también reconocen el alcance de dicha actividad. Basta recordar lo expuesto en una reunión organizada en el 2016 por la Federación Galega de Confrarías de Galicia a la que acudieron responsables de pósitos, Guardia Civil, Policía Autonómica y Nacional y policías municipales. Allí todos coincidieron al asegurar que el marisco procedente de Portugal es una pata más de este gran fraude que se aprovecha de la fama del producto de origen gallego.
Los depuradores creen que el hecho de que Portugal aún use guías de papel favorece el fraude
M. A.
El malestar que la operación policial ha despertado entre los depuradores era ayer más que evidente. Porque, argumentan estos empresarios, ellos se han visto inmersos en un problema que se ha generado en Portugal y que allí debería solucionarse. Consideran que parte del conflicto se debe a que el país vecino todavía utiliza el papel para garantizar la trazabilidad de sus mariscos, mientras que en Galicia el sistema está informatizado hace años. Esto hace más fácil que la documentación pueda ser falsificada. «Esto es como si te meten un billete de 50 euros falso. Las propias Administraciones son incapaces de detectar qué guías son falsas», se quejan. Y sostienen que «quien tiene que poner solución al problema es el Gobierno portugués». Los registros continuaron ayer en las empresas.
«La policía debería ir a por los exportadores, no a por quien compra», explican los depuradores arousanos. Aseguran que la almeja que ellos adquieren viene «con guías, con albaranes y facturas». Y que ellos carecen de capacidad para saber si esos documentos son falsos. «No le es fácil ni a la policía portuguesa detectar cuáles son falsas», argumentan los empresarios. De hecho, mucha de la documentación que se han llevado de sus oficinas «queda pendiente de comprobación». Parte del problema podría radicar, según lo ven los depuradores, en que las guías que emite el país vecino son en papel. «Aquí son telemáticas desde hace años. Emitimos un documento de registro y automáticamente toda la información queda guardada; en Portugal te dan un papel», sostienen, de ahí que sea más sencillo corromper el proceso, pues los empresarios se ven sin medios para saber qué documentos son verdaderos y cuáles no.
Dañando al sector
Lo que los depuradores tienen claro es que esta operación «está haciendo mucho daño al sector. Estamos muy dolidos y perdiendo credibilidad en los mercados», argumentan. Porque la imagen que ha trascendido es la de sus empresas tomadas por agentes de la policía, «cuando nosotros no tenemos responsabilidad en todo esto». Desde el sector se pide a las autoridades «que si hay pruebas, que imputen a los culpables, pero de nuestro sector no hay nadie implicado». «No puede venir con este despliegue, que vayan a Portugal», demandan.
Fuente: La Voz de Galicia
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