Frente común de cofradías y depuradores para reclamar el cese de actividad
Han enviado un escrito conjunto al presidente de la Xunta y al ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación
La crisis del COVID-19 ha colocado contra la espada y la pared a prácticamente todos los eslabones de la cadena mar-industria, ese particular conglomerado de empresas y sectores que sostienen buena parte de la economía de la Galicia costera. Aunque hay algunos grupos de empresas, como las conserveras, que siguen trabajando con cierta intensidad, tanto quienes se dedican al marisqueo como las depuradoras de marisco se encuentran en una situación crítica. Por esa razón, las cofradías de la ría de Arousa han hecho un frente común con Agade.Juntos, firman una carta dirigida al presidente de la Xunta y al ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación. A ambos les solicitan la «adopción de medidas urgentes, potentes y extraordinarias para mitigar las consecuencias económicas y laborales de esta crisis sobre nuestro sector».
El extenso escrito elaborado por los representantes de la cadena mar-industria comienza con un detallado informe sobre las consecuencias que la crisis del COVID-19 ha tenido sobre los distintos eslabones que la forman. Arracan recordando las particularidades de unos sectores que se articulan alrededor de «productos que tienen que comercializarse vivos, no son congelables y además son muy perecederos», que además «no son considerados por la población general como artículos de primera necesidad por lo que son pospuestos ante otros alimentos que son más necesarios ante una crisis de esta magnitud». Eso se traduce en que «La mayor parte de los productos del marisqueo son destinados a la restauración, sector que tiene cesada la actividad mientras dure el estado de alarma». ¿Qué significa eso? Que una de las tres vías de salida del marisco en fresco al mercado está parada por completo. Y la situación no es mucho mejor en las otras dos: en los Mercas, el parón es del 95 % y en las cadenas de distribución, del 90%. Por esa razón, y dado que la declaración de estado de emergencia cogió de sorpresa al país, muchos depuradores llegaron a esa situación de cierre con las piscinas llenas de producto. Un producto que no pueden ni vender, ni devolver al mar: acabará teniendo que ser destruido. Porque hasta la posibilidad de exportar marisco está, en este caso, cerrada. Basta con mirar la crítica situación en la que se encuentra Italia, uno de los principales mercados para un marisco como el mejillón.
Es decir, el producto del marisqueo, los parques de cultivo y las bateas tiene sus entradas al mercado cerradas a cal y canto. «Incomprensiblemente», dice el escrito de cofradías y Agade, estos sectores «no han sido cerrados, por lo que ninguna las partes que forman este entramado económico pueden acogerse a una situación de paralización de actividad por causa de fuerza mayor».Y eso es, precisamente, lo que se reclama. Y es que «los efectos demoledores de COVID-19 , se han sentido desde el primer día en todos los sectores que forman este entramado económico». «Durante la próxima semana se paralizará el 100% de la extracción en muchas lonjas, debido sobre todo a la falta de compradores en las mismas».
El argumento económico es rotundo. Pero cofradías y Agade esgrimen aún otro argumento: el sanitario. Desde que se inició la crisis del COVID-19 «desde la Consellería do Mar, se han dado recomendaciones para dirigir el desarrollo de la actividad pesquera y marisquera que, aunque son bien acogidas por el sector, en la realidad diaria son inejecutables porque resultan incompatibles con las características intrínsecas de la propia actividad profesional», incluso con la estructura social del sector.
El contexto esta dibujado. Es desolador y desalentador, como todo lo que nos rodea estos días. Y el horizonte, negro. Para intentar ponerle un poco de luz, el sector hace una serie de proposiciones. En primer lugar, reclaman la suspensión de los planes de marisqueo de Galicia, derivada de causa de fuerza mayor. Se trata de una «petición unánime, que no puede dilatarse ni un día más». «Sin perjuicio, los enormes agujeros de caja que van a resultar de esta situación hará imprescindible ayudar a nuestra subsistencia a medio plazo, en primer lugar por la vía de liberar al sector de cargas tributarias que a día de hoy pesan sobre él pese a que no está teniendo ninguna actividad (ocupación de Costas, Portos o G4)». Además, «va a ser indispensable establecer vías adecuadas para compensar las pérdidas». Y ahí se desgranan nueve acciones diferentes.
El escrito ha sido enviado a la Xunta y al Gobierno. Ahora, en Arousa se espera alguna respuesta
Fuente: La Voz de Galicia
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