Los pósitos cifran en 58.000 euros el coste de iniciar la actividad de marisqueo a flote
Las cofradías han encargado un estudio económico sobre la situación del sector
Los mariscadores llevan años quejándose de que su trabajo no rinde. De que, entre lo poco que ganan y las tasas que no paran de crecer, están asfixiados. Sus protestas han sido recogidas por los patrones mayores de la ría que, empapados del malestar y el desánimo que reina en los muelles, han querido poner números a esa sensación generalizada de que el mar, aunque parezca imposible, se hunde. Para ello han encargado un estudio sobre la situación económica de quienes se dedican a la pesca artesanal y al marisqueo a flote en la ría.
Ayer salió a la luz el primer capítulo de ese estudio, en el que se analiza pormenorizadamente cuánto cuesta poner una embarcación en el mar. Para realizar los cálculos, se parte de un supuesto concreto: el de una persona que adquiere una embarcación en otra ría con ánimo de empezar a trabajar en Arousa. El barco adquirido es de tipo medio, con una eslora de seis metros y dotado de los pérmex de marisqueo, nasa de nécora y camarón y trasmallos. Ponerla a trabajar costará 58.310 euros.
Lógicamente, la adquisición de la nave será el capítulo que requerirá de una mayor inversión. Según los datos de las cofradías, hacerse con la embarcación consumiría 35.000 euros a los que habría que sumar una ristra de trámites burocráticos y 1.014 euros más. Con el barco listo, toca enfrentarse a todo lo demás. Para empezar, con los trámites de transmisión de los pérmex y cambio de puerto base. Según las cofradías, estos trámites sumarían 25,83 euros.
En la embarcación ya adquirida trabajarán un armador y un tripulante. Los cursos de formación que deben realizar ambos, así como la expedición de las libretas marítimas y de las tarjetas que se exigen implicaría un buen pellizco: 2.279 euros más que sumar a la cuenta. Y ahí no acaba la cosa.
La hora de despachar
Llega la hora de despachar la embarcación. Las dos personas que faenarán desde ella deben pasar un reconocimiento médico en Vilagarcía, perdiendo para ello un día de trabajo. Eso supone cien euros de «custe estimado de desprazamento e pérdida de día de traballo». Además, hay que estar al corriente de pago de la nueva tasa de navegación (28.50 euros), tener el certificado marpoll para motores intraborda (22 euros) y disponer del famoso Botiquín C, que supone un gasto medio de 184 euros.
Antes de que nuestra embarcación y sus dos ocupantes puedan salir a faenar, aún habrán de hacer frente a más costes: la cuota de la Seguridad Social, el seguro de la lancha, el material de salvamento, los planes de prevención de riesgos, el material de mantenimiento de la embarcación y de varada, los trámites de regularización, la compra de los aparejos y la cuota de socio de la cofradía. Todo ello, sumado, alcanzaría los 19.656 euros.
Así que, antes de que el barco salga a faenar el primer día, habrá que haber realizado una inversión de 58.310 euros, según las cofradías. El dato, dicen los patrones mayores, es claro. Un «reflexo fiel de como están as cousas, das cargas esaxeradas ás que ten que facer frente quen vive do mar». Así lo señalaba ayer el patrón mayor de Camba
dos, Ruperto Costa. Y en la misma dirección se posicionaba el responsable del pósito de Carril, José Luis Villanueva
«O peor de todo isto é que é un suma e segue, e que cada vez se inventan novas taxas e esixencias que están afogando á xente», razona Costa. La última de esa lista de imposiciones, la necesidad de llevar un botiquín de tipo C, «foi a gota que colmou o vaso da paciencia dos traballadores», recalcaba el patrón de Carril.
«Estos datos son un reflexo fiel das cargas, esaxeradas, ás que ten que facer frente quen vive do mar»
Ruperto Costa
Fuente:La Voz de Galicia
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Fran -