La incorporación de los siete nuevos mariscadores abre otra guerra en Carril
Los titulares de los pérmex denunciaron a la policía la retirada de sus capturas
El ambiente en la agrupación de marisqueo a pie de Carril es irrespirable. Lleva tiempo siéndolo, pero la situación ha dado otra vuelta de tuerca, abriendo una nueva brecha en un barco que ya está muy resquebrajado. Estaba claro que la de ayer iba a ser una jornada complicada: estaba previsto que se incorporasen a la playa las siete personas a las que la Consellería do Mar les ha concedido un pérmex que, desde la cofradía, no se reconoce como válido. Así fue. A primera hora de la mañana llegaron a la playa y trabajaron con normalidad hasta que, antes de acabar la jornada, agentes del servicio de Gardacostas, avisados por la cofradía, les aconsejaron parar y dirigirse a la lonja con su producto para «resolver cuanto antes» la kafkiana situación que se estaba produciendo.
Según recoge un acta levantada por los agentes del servicio autonómico, los trabajadores de la lonja se negaron a recepcionar el marisco. Lo rechazaron, explica el documento oficial, siguiendo «ordes do patrón maior», quien afirmaba, reza dicho texto, que esas capturas eran ilegales. «Non dando un motivo xustificado, levántase esta acta de presunta infracción por negarse á venda das capturas», concluye el escrito de los Gardacostas. José Luis Villanueva se reafirmaba, ayer por la tarde, en su posicionamiento. «Esas persoas foron a traballar sen ser socios da confraría nin da agrupación de a pé».
Tras lo ocurrido en la lonja, las siete personas a las que Mar les ha concedido un pérmex pese a la oposición de la cofradía, acudieron a las oficinas del pósito para pedir explicaciones. Una vez allí les dijeron que, para poder vender en la lonja, tenían que solicitar un código de venta. Un trámite, aseguran los afectados, que ya realizaron hace algo más de una semana y para el que no han obtenido respuesta. Tampoco, afirman, se les ha contestado a sus requerimientos para tramitar el alta en la cofradía y en la agrupación; así como el calendario de los trabajos que lleva asociado el marisqueo a pie, desde limpiezas a siembras y vigilancias. Su entrada en el pósito, argumenta Villanueva, es una decisión que tiene que ser tomada por el cabildo. Y hasta que este se reúna y analice el caso -sujeto además al contencioso presentado por la cofradía contra la decisión de la Xunta- entiende que el trabajo de este grupo es ilegal.
Devuelto al mar
Precisamente por eso, la dirección de la cofradía ordenó ayer por la tarde coger las capturas de los nuevos mariscadores y devolverlas al mar, al mismo lugar en el que habían sido extraídas. Esa circunstancia ha derivado en la interposición, ante la Policía Nacional, de siete denuncias por apropiación indebida formuladas por las siete personas afectadas por este conflicto. Según el relato de los hechos recogidos por los agentes, a las cuatro de la tarde el patrón mayor y el presidente de la agrupación de a pie recogieron los lotes de marisco y los trasladaron en una embarcación a la playa de A Compostela, donde fueron devueltos al medio marino.
En todo caso, esas no son las únicas denuncias nacidas de la situación vivida ayer en Carril. Según explica José Luis Villanueva, la cofradía también ha adoptado sus propias medidas. Si decidió devolver el marisco al mar fue, explica, «pola actitude de Gardacostas, que non quixeron facerse cargo del». La cofradía ha puesto el asunto en manos de sus servicios jurídicos, y ha ordenado al servicio de vigilancia que elabore un informe sobre lo que ha ocurrido.
La exsecretaria del pósito se reincorpora
A las dos de la tarde de ayer, la exsecretaria de la cofradía, a la que una sentencia judicial ordena reincorporar a su puesto, recibió un burofax en el que se le conminaba a reincorporarse ayer a las nueve de la mañana. Obviamente, no pudo acercarse hasta el pósito hasta las cuatro y media de la tarde. A esa hora, y ante la ausencia de la secretaria, fue enviada a casa por el patrón mayor. Hoy, aseguran fuentes próximas, volverá a la cofradía.
Fuente: La Voz de Galicia
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