Las cofradías rechazan que Pesca les imponga un mínimo de socios
Las cofradías gallegas entienden que el texto normativo que guió los derroteros de la pesca en la comunidad durante 15 años necesite una actualización, «porque os mundos cambian moi rápido», señala Evaristo Lareo, presidente de la Federación Galega de Confrarías. E incluso que se abra la explotación de las playas a la competencia, porque siempre que se respete la antigüedad y la experiencia de las cofradías en esas lides, «as confrarías non teñen por que saír perdendo», añade.
Ahora bien, no comprenden por qué a estas entidades, tradicionalmente colaboradoras de la Administración, se les imponen por ley unos requisitos que están reñidos con el principio de igualdad y equidad que la conselleira se ufana en perseguir con su ley. Es el caso de la disposición que anuncia que se impondrá un número mínimo de socios para que un pósito pueda funcionar: «Si unha asociación normal, coma esas que van poder participar en concorrencia competitiva coas confrarías, non ten limitado o número de afiliados, por que si o ha de ter o pósito», inquiere Evaristo Lareo. El presidente de la federación recela de esa imposición, pues «poden empezar limitando a cinco e despois ir subindo ata 60».
La imposición de un número mínimo de socios a las cofradías fue, precisamente, una de las objeciones que el colectivo puso a la Lei de Pesca, pero no prosperó. Como tampoco lo hizo el rechazo a que la Xunta se otorgase la competencia de poder fusionar o disolver cofradías en caso de inviabilidad económica, pues consideran que esa decisión deben tomarla los propios socios o porque así lo ordene una sentencia judicial.
Las cofradías sí consiguieron, sin embargo, que el texto de la futura ley reconociera sus fórmulas de asociación, pues en el texto inicial no se hacía referencia ni a las tres federaciones provinciales ni a la gallega.
Mientras, la flota que faena fuera de aguas interiores, como el arrastre de litoral, aplaudió ayer el anunció de la próxima supresión del permiso de explotación (permex), una autorización que debían llevar todos los buques con base en Galicia, independientemente de donde operasen, y que les obligaba a renovar cada cinco años el denominado libro verde. «Todo o que sexa simplificar e eliminar trámites burocráticos está ben», señaló Torcuato Teixeira, secretario xeral de la organización Pescagalicia-Obarco.
Fuente: La Voz de Galicia
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